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IkalMind - Espíritu y Conciencia

Silvia Coca L.
Enero 2023
¿Cómo podemos reconocer nuestras emociones? ¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando estamos atravesando por una emoción? Hoy en la actualidad el estilo de vida tan acelerado a generado vaivenes extremos en nuestra salud, mermándola al grado de que muchas veces puede convertirse crónica, y en su proceso se llegue a experimentar muchas emociones negativas, y rara vez emociones que ayuden a sobrellevar la enfermedad. Actualmente investigaciones en el campo de la psicología se abordan nuevas formas de analizar la enfermedad.
¿Cómo influyen las emociones en la salud?
El cuerpo es una serie de conexiones energéticas que en su expresión máxima constituye un ser vivo con funcionalidad y desarrollo, cuando vamos perdiendo el control de estas múltiples manifestaciones de energía corporal, éste enferma, provocando que muchas de nuestras funciones básicas se deterioren. La práctica en el cambio de las emociones personales activa el proceso de sanación que el mismo cuerpo posee, lo cual disminuye los factores de riesgo para desarrollar enfermedades. (Garduño, 2016). Las emociones no influyen en la salud a través de un único mecanismo, sino que pueden ejercer esta influencia de varias maneras distintas que, además, inciden en diferentes momentos durante el proceso de la enfermedad (Castro y Edo,1994).
Las emociones juegan un papel relevante en el proceso o en el surgimiento de la enfermedad, su gestión puede tener un impacto positivo o negativo, se sabe que la manera en que se experimenta esa emoción va presentar resultados diferentes; los estados emocionales como el enojo, la tristeza, ira, depresión, el estar contento tiene un efecto en la fisiología y psicología de la persona. Una emoción puede generar alteraciones bioquímicas y psicológicas que pueden poner en riesgo la salud de la persona, pero también es posible modificarla (Garduño, 2016).
En este apartado se considera como ejemplo la enfermedad de la Diabetes Mellitus y el papel que juega las emociones en el proceso de la enfermedad. La diabetes se ha considerado como una de las enfermedades crónicas más presentes en la población mundial al grado de considerarla un problema de salud pública, la diabetes se desencadena cuando el páncreas no produce suficiente insulina (hormona que regula el nivel de azúcar, o glucosa en la sangre), o cuando el organismo no puede utilizar con eficacia la insulina que produce. En la última década, la diabetes ha aumentado más rápido en los países de ingresos bajos y medianos. Lo anterior suponen un incremento en los factores de riesgo conexos: sobrepeso, obesidad, niveles de estrés, depresión entre otros efectos negativos. (Ramos y Hernández, 2019)
¿Cómo afectan las emociones en la diabetes?, se sabe que ciertas emociones pueden dar lugar a la elevación más o menos moderada de la cantidad de azúcar en la sangre, lo que no es conveniente porque altera el buen control de la enfermedad. Y de manera indirecta, por otro lado, las emociones pueden interferir en las conductas de autocuidado, es decir, aquellas que pueden estar relacionadas con que la persona realice o no sus rutinas de cuidado como la alimentación, el ejercicio y el control de su medicación. De ahí que expertos sugieran (Salas Murillo, 2020) la importancia de la gestión de emociones y la salud mental en la enfermedad ya que se vuelve imprescindible para una mejoría en el proceso de la enfermedad. Si la persona está atravesando por un cuadro psicológico de ansiedad o depresión costará más trabajo llevar su tratamiento, y podrá tener efectos en su calidad de vida.
Cuando una persona al inicio se le diagnóstica que padece la enfermedad, puede presentar varias reacciones, que puede variar de acuerdo a la edad, sexo, su referencia sobre la enfermedad, el tipo de Diabetes, puede experimentar estados emocionales dominados por la aprehensión, la preocupación sobre la salud y su pronóstico, incertidumbre, la ansiedad y la depresión, por lo que dependiendo como se haya encontrado antes de recibir la noticia del diagnóstico, sus redes de apoyo acerca de su salud, así como la información que manejan sobre la Diabetes, se desarrollará la respuesta inicial y el proceso de afrontamiento más inmediato ante el diagnóstico, hay estudios que hacen referencia que las personas que sufren de estrés psicológico relacionado con el carácter crónico de la enfermedad, las modificaciones que demanda en su vidas y la responsabilidad con el cuidado de su salud en términos de dieta , ejercicios, el tratamiento, la disciplina y la exigencia para lograr el control de la enfermedad, puede generar tensión emocional, expresada en momentos alternos de ansiedad, depresión e irritabilidad, en sentimientos de culpabilidad y auto-reproches cuando no se cumple con las indicaciones realizadas, con un impacto importante sobre las relaciones interpersonales. Diferentes autores afirman que el estrés psicológico afecta profundamente las actitudes de los pacientes hacia su enfermedad y su autocuidado (Ledón, 2012), los problemas emocionales que más se enfrentan las personas con diabetes son la ansiedad y la depresión, la primera por diferentes fobias que se presentan a lo largo de la vida y la segunda como un cansancio que se da a través del tiempo, el esfuerzo cotidiano que realizan las personas hay un desgaste de forma física y psicológica. Los expertos señalan que las personas que padecen diabetes pueden experimentar el agotamiento emocional ó diabetes emocional, es decir se encuentran con menos energía y menos fuerza para afrontarla y que puede prolongarse por cierto tiempo.

Por lo que dentro de las recomendaciones que se sugieren son:
-La persona tenga conocimiento de su enfermedad, así como identificar que emoción le está afectando.
-Que pensamientos están orillando a esa emoción y sus consecuencias que tiene en forma de conductas.
– Cuando suceda algo negativo se pueden manejar sus efectos a varios niveles: controlando lo que se piensa, lo que se siente y, por último, lo que se hace.
-Cuando se presente ese “agotamiento emocional” es importante gestionar esa emoción de manera que no tenga consecuencias en el tratamiento y autocuidado.
-La red de apoyo que pueda tener la persona con diabetes, en este caso puede ser la familia, identifiquen ese “agotamiento emocional” se apoye y acompañe y pueda actuar
-Tener en cuenta estrategias de relajación de entrenamiento o de habilidades sociales, para ayudarles a aprender cómo afrontar el estrés y las emociones, en general.

Referencias de consulta:

1.Castro Silva y Fernández Jordi. (1994). Emociones y Salud. Facultad de Psicología. 61:25-32. Unversidad de Barcelona.

2.Garduño A. (2016). El poder de las emociones en el cuerpo. Cuidarte; 5(9): 67-78. Disponible en: http://dx.doi.org/10.22201/fesi.23958979e.2016.5.9.69124
3.Ramos-Pérez, V., Hernández-Pozo, M. del R., & Álvarez-Gasca, M. (2019). El afecto emocional en pacientes diabéticos mexicanos. Tesis Psicológica, 14(1), 10-28. Disponible en: https://doi.org/10.37511/tesis.v14n1a1
4.Ledón Llanes, L. (2012). Impacto psicosocial de la diabetes mellitus, experiencias, significados y respuestas a la enfermedad. Rev. Cubana Endocrinologia. Vol.23 no.1
5.Salas Murillo, R. (2020). Diabetes y salud emocional. Revista Digital De Difusión. 16, 17.

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