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Amar un ejercicio saludable para el corazón

Los chakras son vórtices de energías dentro del cuerpo humano, que se encargan de distribuir energía regulándola en un continuo movimiento.

Cuando hablamos de equilibrio en nuestro cuerpo resulta ser que es cuando estamos fluyendo con la capacidad de resolver, admitir y experimentar emociones y sentimientos sin negarlas y afrontarlas. Sucede entonces cuando hay un desequilibrio en alguna parte de nuestro Ser, se ve reflejado de alguna manera sin embargo es posible que estemos distraídos y no lo observemos.

Hoy hablaremos del chakra del corazón y te contare un cuento…

Había una vez en algún lugar lejano, pero cerca de tu corazón se encontraba un niño que se llamaba Aaron, Aaron constantemente se preguntaba:

¿Por qué siento algo en mi pecho que me duele?
Este pequeño solía leer muchos libros, le gustaba saber y conocer, todas las tardes se iba al campo a leer y sentir la naturaleza, él era el hijo de un herrero, su madre había fallecido cuando el nació, su padre lo rechazo y lo culpo de que su esposa muriera, sin embargo Aaron era un niño que tenía grandes cualidades, se consideraba valiente, estudioso y ayudaba en los quehaceres de la casa aunque su padre era frio y déspota con él.

Un día Aaron se quedó leyendo un libro parecía mágico, se lo había regalado su maestra, estaba muy entusiasmado cuando vio del libro salir esferas luminosas que lo rodeaban, esas esferas tenían diferentes colores, pero solo logro retener 7 colores porque eran muy intensos y después se difuminaban, se maravilló al querer tocar una esfera y esta le hablo…

 

 

-Pareces sorprendido…
Él la miraba con un brillo en sus ojos, quería tocarla apenas saliendo de las páginas del libro, era de color verde, transparente, pero parecía latir, con ese entusiasmo le pregunto:
-¿Cómo te llamas?
Y ella le contesto

 

-Anahata
El pequeño Aaron tenía tanto que preguntar que se enmudeció por unos instantes, luego le hablo…
-Y ¿Dónde vives?
Ella lo observaba con la dulzura de una madre, luego le contesto
-ahí… señalando el centro del pecho
Aaron abrió los ojos muy grandes

Como era posible que Anahata viviera en su corazón y no se había percatado de ella, no podía creerlo y comenzó a llorar
-Si vives dentro de mí, en mi corazón…¿porque no lo sabía?
Anahata lo miro con esa infinita bondad que le caracteriza, luego contesto:
-Te he susurrado siempre, desde que naciste he latido y mis latidos suenan como las campanas de un nuevo amanecer
-Pero ¿Por qué no te he sentido?
Anahata se dejó tocar por esas manos debiluchas y luego le dijo:
-Porque me has negado sin ser consciente de ello
-¿Cómo? Gritando exigió una explicación…
Aaron comenzó hablar sin parar, reprochándole toda una vida solitaria, sin amigos, ni siquiera un padre afectivo y ahora estaba aturdido de haber encontrado a alguien que habitaba en él y que no se había percatado.

Ella lo consoló y Aaron empezó a sentir un latido en su corazón, ella le susurro…respira y sintió un suave Aire acariciar su rostro y como ese aire pasaba a sus pulmones, a sus hombros, brazos, sintió la fuerza del diafragma y su sangre correr por sus venas, todo circulaba porque tenía vida, escucho en sus oídos la palabra Yam, él sabía que ese sonido vibraba en él, ahora con nombrarlo, pensarlo, susurrarlo o en silencio llamaría Anahata… entonces recordó su constante pregunta…

¿Por qué siento algo en mi pecho que me duele?
¡Oh por Dios! Exclamo…
Era Anahata pidiendo ayuda

 

Anahata le miro a sus ojos y le dijo…he venido hablarte para que sepas lo importante y valioso que eres al tener esta experiencia humana, a decirte que eres capaz de amar, de perdonar, de ser compasivo y bondadoso, que cualquier situación en tu vida…tú puedes cocrear tu realidad de una manera saludable, que tus emociones las deberás sentir para saber que puedes hacer algo con ellas y no dejarlas en mi habitación (corazón) de lo contrario harás esa habitación, dura, cruel, resentida y soberbia. Si me permites expresarme podre llorar, podre gritar, pero luego pasará, y entonces me sentiré mejor, voy a respirar, a escribir como me siento, si hay dolor, si vale la pena utilizar mi energía en donde no la valoran, entonces aprenderé a apreciarme….

Aaron ya tenía a una amiga…a su corazón, ahora no estaba solo, ella lo acompañaba y él la escuchaba y cuando no la sentía solo susurraba Yam y Anahata aparecía como una gran hada….

 

Pasaron los años y Aaron creció, con el tiempo se volvió sabio y sabia escuchar a las personas, era bondadoso con él y con sus semejantes, sabia dar y sabia recibir, hablaba con la naturaleza, con los animales, sentía que era parte del universo, estaba en paz consigo mismo

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